El Shaday
  Ética de Cristo
 
Ética de Cristo 
Toda la enseñanza ética de Cristo se distingue por su profundidad, claridad e importancia.
 
Su originalidad se destaca en los siguientes aspectos:
 
Su universalismo. En contraste con los rabinos, Cristo no limita su enseñanza al judaísmo (Mateo 5:45).
 
Su ausencia de legalismo. Da toda la importancia al espíritu de la Ley, condenando el legalismo de los fariseos, es decir, la observancia mecánica como medio de adquirir mérito;
 
Su actitud hacia las mujeres. Respeta la personalidad de la mujer y su posición en la sociedad. Mención especial merece su comportamiento con la mujer samaritana (Juan 4:7-27): ¡conversar en público con una mujer, y samaritana, cuando los judíos no dirigían la palabra en la vía pública a una mujer, ni siquiera a su esposa!
 
 
Lugar de la Ética de Cristo en el Evangelio.
 
En la Biblia, la ética siempre tiene un fundamento religioso. Cristo enseñaba con autoridad Divina (Mateo 7:28-29), empleando la forma imperativa (Juan 13:34), de manera que los apóstoles pudieron hablar de la "Ley de Cristo" (1ª  Corintios 9:21; Gálatas6:2; Santiago 1:25, quien la llama "la perfecta ley, la de la libertad"). Exigía, pues, la obediencia, aunque sin legalismo; sus mandamientos son para los que le aman (Juan 14:15). Esta obediencia tenía su fundamento en una relación personal con El.
 
Aunque los escribas quieren muchas veces sacar de El un pronunciamiento de índole jurídica, El nunca lo da, porque, "se preocupa más de las fuentes de la conducta que de los actos externos".  El exige la renovación interior. Lo que sale del corazón del hombre es lo que contamina al hombre (Mateo 15:18-20), y por lo tanto es el corazón lo que hay qué renovar.
 
Los que en su conducta siguen el ejemplo de Él, ésos son sus hijos (Mateo 5:44-48), lo cual implica la necesidad de un cambio radical en el hombre, que Jesús describe como un "nacer de nuevo", (Juan 15:5; 1ª  Corintios 2:14; Efesios 2:lss.). Lo que está formulando Jesús no es un ideal abstracto de la justicia de por sí, sino la vida a la cual están llamados los hombres en respuesta al amor redentor de Dios, y como hijos de Dios y partícipes de su Espíritu.
 
Enseñanza ética de Jesús.
Las enseñanzas éticas de Jesús son dadas, en su mayor parte, en respuesta a preguntas o situaciones ("¿Quién es mi prójimo?", "¿Cuál es el mayor mandato de la Ley?", etc.).
 
De ahí que generalmente presentan un solo aspecto de la verdad, adecuado para una determinada situación. Además, Jesús se deleitaba en expresar Su pensamiento de la manera más aguda, y generalmente acompañado de una pizca de paradoja o exageración.
 
A menudo usa lenguaje simbólico, tan del gusto de la mentalidad oriental. "Cristo hablaba a públicos semitas, y a la mente semita le era cosa desconocida el literalismo, tal como lo entendemos en Occidente. Si no quería ser mal entendido por sus oyentes, se veía obligado a emplear formas de lenguaje simbólicas... Al menos en un caso, reprendió de un modo explícito a sus discípulos por haberle interpretado de manera literal (Mateo 16:6-12).
 
Se distinguen tres clases de enseñanzas en los evangelios:
 
"Amarás al Señor tu Dios... Amarás a tu prójimo..." (Mateo 22:37-40). No hay  otro mandamiento absoluto que éste, el cual es la base y el resumen de la enseñanza ética de Cristo en sus dos aspectos: amor a Dios, y al prójimo. El mismo Cristo dice que de ellos depende toda la ley y los profetas.
 
ü El amor es en primer lugar el reconocimiento de la existencia y de los derechos del amado.
 
ü En segundo lugar, el amor tiene en cuenta el bien del amado en cualquier decisión en cuanto a la conducta;
 
Y en tercer lugar, es una sincera preocupación por, y hasta una identificación con, los intereses del amado.
 
Este es el sentido de la ágape cristiana, a diferencia del eros sensual y de la philía amistosa. Este amor, ágape, cristiano, puede mandarse como obligatorio, incluso con referencia a los enemigos, ya que no depende primordialmente del sentimiento ni de la emoción.
 
Las dos partes del mandamiento se encuentran ya en la ley mosaica (Deuteronomio  6:5; Levítico 19:18), pero el Señor demuestra por primera vez la conexión entre las dos.
 
Se deben incluir también en este grupo los mandatos siguientes:
 
"Todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque estofes la ley y los profetas" (Mateo 7:12). Se trata de una ampliación del "amarás a tu prójimo como a ti mismo". Tenemos qué ponernos en el lugar del prójimo, para comprender sus pensamientos y sentimientos.
 
"Arrepentíos" (Marcos 1:15). La metanoia metánoia (que es el término griego que solemos verter por "arrepentimiento") es más bien un cambio de mentalidad, cambio de vida y de pensamientos: implica el renunciar al amor a sí mismo, (eje de la conducta egocéntrica del hombre caído) por el amor de Dios. No es un acto momentáneo, sino una actitud de constante transformación (Romanos 12:2).
 
"No juréis en ninguna manera... Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no, porque lo que es más de esto, de mal procede" (Mateo 5:34-37). Se trata del juramento como instrumento de la insinceridad, para hacer creer falsas afirmaciones. El Señor está enseñando aquí la importancia de la sinceridad en el hablar, que no debe necesitar de ningún juramento para que se le dé crédito. No se trata de una denuncia literal de toda declaración solemne.
 
"No resistáis al que es malo" (Mateo 5:39). Es una revisión que el Señor hace de la ley del talión. El griego to ponepo to poneró puede ser masculino o neutro, de modo que puede traducirse de tres maneras: al mal, al malo, o al Maligno.
 
Se puede descartar el último por su evidente contrasentido, ya que al Maligno, o sea, al diablo, hay que resistirle (Santiago 4:7; 1ª Pedro 5:9); de los dos primeros, al malo es más comprensible de acuerdo con el contexto, que trata de personas. Tenemos qué guardarnos de una interpretación demasiado literal, ya que Cristo mismo resistió al malo, o al mal, hasta físicamente, como en el caso de la purificación del Templo.
 
El contexto de la ley del talión indica que está enseñando a sus discípulos que renuncien a todo deseo de venganza, como por ejemplo el que demostraron al querer hacer bajar fuego sobre la aldea samaritana que no les recibió, lo cual el Señor no les permitió (Romanos 12:17-21). Otra indicación de que el Señor no está enseñando la pasividad absoluta, es el consejo que da en Lucas 22:36. Nótese que en Mateo  26:5 se refiere al uso injusto de las armas.
 
"Amad a vuestros enemigos" (Mateo 5:44). El griego echthroi echthroí significa enemigos personales. El mandamiento, juntamente con el resto del discurso, se aplica a las relaciones personales, más que a la política nacional o internacional. Es una ampliación del "amarás a tu prójimo", en el mismo espíritu que el "no resistáis al malo".
 
ü "No os hagáis tesoros en la tierra...; sino haceos tesoro en el cielo" (Mateo 6:19-21; Lucas 12:33ss.). Compárese con la parábola del rico necio: "Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios" (Lucas 12:21). La explicación sigue en Mateo 6:24.
 
“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” Mateo 6:33. Después de enseñar un principio general (mandato), a veces el Señor da un ejemplo concreto de su aplicación. Así, después del mandamiento "no resistáis al malo", da cuatro ejemplos, que no son reglas sino casos del modo en que actúa el espíritu no vengativo:
 
"A cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" (Mateo 5:39). Quiere decir: no repliquéis al insulto con insulto, bajando al mismo nivel del adversario (1ª  Pedro 2:23).
"Al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa" (verso 40). El deseo de venganza se ha de suprimir hasta el punto de estar dispuesto no sólo a perder lo que es nuestro, sino a dar más.
"A cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos" (verso 41). Se refiere al derecho de los soldados romanos de obligar a cualquier persona civil a acompañarles. Aquí la idea es: haced más que el puro deber.
"Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses" (verso 42). Recordando el contexto, se ha sugerido que el motivo para negar el donativo o el préstamo podría ser el afán de vengar algún antiguo agravio. Deuteronomio 15:7-11 ya recomendaba el espíritu generoso.
Consejos:
 
"Anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres" (Marcos 10:21). Esto no es un mandamiento general, sino un consejo para un hombre que era esclavo de sus posesiones. Para él era imposible ser discípulo de Jesús, sin romper antes su servidumbre, deshaciéndose de sus riquezas.
 
"Cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha" (Mateo 6:3). Es un consejo para una situación determinada.
 
"No juzguéis, para que no seáis juzgados" (Mateo 7: 1). No enseña la tolerancia del mal, sino que amonesta contra la actitud hipercrítica para con los demás, por parte de quienes deberían primero juzgarse a sí mismos.
 
 
 
 
 
 

 
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